136) Privación ilegal de la libertad y tormentos de Cristina María Navarro.
Por estos hechos deberán responder los imputados ERLAN, MAIDANA, ZEOLITTI, CHEMES y MARTINEZ.
Como ya fuera relatado en el caso anterior, CRISTINA MARÍA NAVARRO fue secuestrada en su domicilio junto a su esposo Arnaldo Piñón, el día 12 de agosto de 1978, siendo llevados al CCD Vesubio.
Al prestar testimonio en este juicio, NAVARRO relató que una vecina escuchó el operativo de secuestro y presenció el robo de los muebles de su departamento. Esta persona le comentó que había ido a la Comisaría de la zona para hacer la denuncia, y que al ingresar escuchó una voz en la radio que se refería a su domicilio, y decía: “operativo Acevedo 240, terminado”.
Declaró además, que al Vesubio llegó tabicada y que fue ingresada en una sala junto a su marido, quien era insultado y golpeado por un guardia. Dijo que para sus captores ella no era una militante sino una simpatizante de Vanguardia Comunista, y consideró que por eso sólo fue interrogada con golpes sin recibir picana eléctrica.
Durante su cautiverio padeció condiciones inhumanas de vida; y recordó que en una ocasión, mientras esperaba su turno para ir al baño, escuchó que sonaba en la radio un chamamé y lo tarareó, ante lo cual “EL PARAGUAYO” le dio un golpe de puño en el pecho.
También refirió que en las horas previas a su salida del Vesubio se vivió un clima de tensión enorme producto de las noticias que daban los guardias acerca de que algunos secuestrados iban a ser asesinados.
Finalmente, NAVARRO fue sacada del CCD el 14 de Septiembre de 1978, en las condiciones que serán descriptas en el apartado correspondiente, recuperando su libertad recién en Mayo de 1979.
La persecución política de CRISTINA NAVARRO había comenzado en los primeros días del golpe militar de 1976, cuando fue secuestrada en la casa de sus padres y llevada bajo amenazas de violación y golpes a Coordinación Federal, siendo liberada en la madrugada de ese mismo día. Según nos contó, en ese primer secuestro, apenas le mostraron la “ventana del horror”.
Agregó que, dentro del Vesubio, ella perdió la sensibilidad total en sus piernas, y que años después volvió a padecer esta aflicción, a la que se le sumó un cuadro de insomnio. Al ser preguntada en la audiencia por las secuelas psíquicas, explicó que el horror que había padecido “le hizo perder la inocencia y la esperanza en el ser humano”.
El caso se encuentra acreditado, no sólo por el testimonio de la propia víctima y el de su esposo Arnaldo Piñón, sino también por los siguientes testigos:
-Jorge Watts, quien dio cuenta de la presencia de la víctima en el centro.
-Nieves Kanje y Dora Garin, quienes vieron a Navarro en el centro.
-Laura Waen, quien escuchó a la víctima dentro del Vesubio.
-Estrella Iglesias, Silvia Saladino y José Portillo, quienes salieron junto a Navarro del centro clandestino.
Asimismo, se cuenta con la siguiente prueba documental:
Legajo Conadep nro. 5233 perteneciente a Navarro, en el que obra un relato de los hechos que la damnificaron.
Legajo penitenciario de la víctima.
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