67) y 68) Privación ilegal de la libertad y tormentos que damnificó a María Susana Reyes y a Liliana Mabel Bietti.
Por este hecho deberán responder los imputados Gamen, Durán Sáenz, Erlán, Zeoliti, Chemes, Martínez y Maidana.
Se encuentra probado que LILIANA MABEL BIETTI y MARIA SUSANA REYES, embarazada de tres meses, fueron secuestradas el día 16 de junio de 1977, alrededor de las 15 hs. mientras se encontraban almorzando junto a Osvaldo Victor Man tello –compañero de Reyes- en el domicilio de los padres de éste, en la calle Primera Junta 5767 de Billinghurst, Partido de San Martín, Provincia de Bs. As.
Ese día, varias personas fuertemente armadas que dijeron ser policías irrumpieron violentamente en la casa, poniendo a Osvaldo Víctor Mantello contra la pared, mientras que, a Liliana Bietti la llevaron al fondo de la vivienda y a Susana Reyes la encerraron en un baño colocándole cinta adhesiva en los ojos. Luego de interrogarlos y revisarles la boca, Reyes fue introducida en el asiento trasero de un vehículo, Mantello fue puesto maniatado en el baúl, mientras que Bietti fue colocada en otro vehículo y todos conducidos al “Vesubio”.
SUSANA REYES, quien declaró durante el transcurso de este debate, expresó que al descender del vehículo la ingresaron a un lugar cerrado donde fue despojada de sus pertenencias y le dijeron que se olvidara de su nombre, que de ahí en adelante sería “M17”. La introdujeron a un cubículo –al que describió como un “cajón sin tapa”- y la engrillaron a la pared. Estaba en el sector que luego supo le decían las “cuchas”.
Seguidamente, la llevaron a una habitación que tenía una cama, desde donde escuchaba los gritos de Osvaldo y de Liliana mientras eran torturados. Supo luego que a ese lugar los represores le decían “la enfermería”. Reyes pese a que estaba embarazada, recibió fuertes golpes y empujones, entre las burlas que hacían los torturadores, quienes la interrogaban por sus actividades políticas y sobre Ariel Ferrari (compañero de Liliana Bietti, quien se encuentra también desaparecido).
Luego la volvieron a llevar a las “cuchas”; la engrillaron, y los guardias le arrancaron la tira adhesiva de los ojos colocándole una capucha, la que usaría durante todo su cautiverio. Ese mismo día también la llevaron a Liliana a la cucha donde estaba Susana Reyes. En la audiencia, ella recordó haber visto a Liliana temblando y en muy mal estado, a consecuencia de la tortura y el miedo.
A los pocos días de estar en el CCD, la dejaron ver a Osvaldo quien estaba muy deteriorado por la tortura. Después de ese encuentro solamente lo volvió a ver una vez más, previo a que lo trasladaran del CCD.
Durante el largo cautiverio -de más de tres meses- que soportó Reyes en el Vesubio, contó que el hambre que padecían era intolerable; y que debió realizar diversas tareas en el campo, como limpiar los charcos de sangre que había en la “enfermería” después de una sesión de tortura; limpiar la Sala Q; y servir la comida a los cautivos en las “cuchas” y en la “Jefatura”, donde estaba el jefe del campo. Para pasar de un sector a otro, iba tabicada y conducida por guardias, que se divertían haciéndola chocar contra los árboles que había.
Relató además, que se enteró a través de sus compañeras de cautiverio, que las llevaban a parir y que luego les sacaban a sus hijos; y esta situación, sumada a los padecimientos que vivió durante su cautiverio, hizo que se sumergiera en una profunda depresión y perdiera deseos de vivir.
El 16 de septiembre de 1977, fue llevada a la “enfermería”; donde la desvistieron y la interrogaron simulando que la iban a torturar, hasta que le dijeron que todo era un chiste y la reintegraron a las “cuchas”. Esa noche le dijeron “M17… te vas”; le vendaron los ojos; la subieron a un auto en el que había otras dos personas; la pusieron en el piso (pese a su avanzado estado de embarazo ya que para esa época estaba cursando el séptimo mes) y la liberaron en la esquina de Av. La Plata y Directorio, con algo de dinero, con el que pudo llegar hasta la casa de su madre. Cuando preguntó por Osvaldo, su compañero, le dijeron que no preguntara más, refiriéndole “dejá de preguntar boludeces”.
Liliana Bietti, en cambio fue trasladada a los 15 días de haber llegado a Vesubio. Sobre este punto, Reyes declaró en la audiencia que Liliana se había puesto contenta cuando los represores le dijeron que la llevarían a un penal, a disposición del PEN. Sin embargo, desde entonces Liliana permanece desaparecida.
Osvaldo Mantello fue trasladado del CCD y según le dijeron los captores a Reyes en esa oportunidad, él también iba a ser puesto a disposición del PEN. Sin embargo, fue asesinado en circunstancias que aún se desconocen y sus restos inhumados como N.N. en el Cementerio de Avellaneda, los cuales en el año 2009 fueron identificados a través de las tareas desarrolladas por el EAAF.
Al salir en libertad, Reyes buscó a su compañero y realizó diversas gestiones judiciales y administrativas junto a sus suegros, sin obtener resultados. Después de estos hechos, la madre de Osvaldo enfermó de cáncer y el padre sufrió un infarto; y Reyes, con tan sólo 22 años, debió criar sola a su hijo, quien nunca conoció a su padre.
Dan cuenta del cautiverio de Reyes en el Vesubio los dichos de Mabel Celina Alonso, quien declaró haber conocido allí a Susana Reyes, que estaba embarazada, y recordó además un episodio en el que uno de los guardias la castigó dándole una fuerte golpiza.
Elena Alfaro declaró que durante su cautiverio en el Vesubio tomó conocimiento de la presencia de Susana Reyes, que estaba embarazada, aunque su nombre lo supo con posterioridad.
Resta señalar, que el imputado Roberto Zeolitti al prestar indagatoria durante este debate, también reconoció haber visto en el CCD Vesubio a Susana Reyes, y que se hallaba embarazada.
Otras constancias documentales son:
-Legajos Conadep nro. 1981 de María Susana Reyes y nro. 2092 de Osvaldo Mantello; los que dan cuenta del secuestro, tortura y posterior cautiverio de los nombrados en el Vesubio.
-Legajos Conadep nro. 779 de Liliana Mabel Bietti y nro. 726 de Ariel Adrián Ferrari, donde surgen las circunstancias en que cada uno fue secuestrado y los trámites realizados por sus familiares para dar con el paradero de ambos.
-Legajo de prueba 1129 de causa 450 correspondiente a María Susana Reyes.
-Información remitida por la Comisión Provincial por la Memoria correspondiente a los archivos DIPPBA de Reyes y Bietti, la que da cuenta de los habeas corpus presentados y denuncias policiales por su secuestro.
Sitio de difusión de la producción de la Unidad de Asistencia para causas por violaciones a los Derechos Humanos durante el terrorismo de Estado de la Procuración General de la Nación Argentina, especializada en los juicios por los crímenes de la última dictadura argentina en el ámbito del I Cuerpo del Ejército y el Plan Sistemático de desaparición de niños hijos de desaparecidos.
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