viernes, 15 de julio de 2011

30) y 31). Privación ilegal de libertad y tormentos de Juan Enrique Velázquez Rosano y de Elba Lucía Gándara Castromán

30) y 31). Privación ilegal de libertad y tormentos de Juan Enrique Velázquez Rosano y de Elba Lucía Gándara Castromán.
Por este hecho deberán responder los imputados GAMEN, DURAN SAENZ, ERLAN, ZEOLITI, CHEMES, MARTINEZ y MAIDANA.

Se encuentra probado que JUAN ENRIQUE VELAZQUEZ ROSANO y ELBA LUCIA GANDARA CASTROMAN fueron secuestrados en la madrugada del 18 de febrero de 1977, mientras se encontraban descansando en su domicilio de la calle Hilario Lagos nro. 466 o 476, Florencio Varela, provincia de Buenos Aires, por un grupo de aproximadamente 12 personas, vestidas de civil y fuertemente armadas, pertenecientes al Ejército Argentino. El grupo se presentó en el domicilio junto a Heber Eduardo O´Neill Velázquez, sobrino de Juan Enrique Velázquez, el cual había sido secuestrado tiempo antes, y quien actualmente se encuentra desaparecido.
Juan Enrique Velazquez Rosano al declarar en este debate, contó que las personas que los secuestraron, ingresaron violentamente a su casa rompiendo puertas y ventanas; que los golpearon fuertemente tanto a él como a su esposa en presencia de sus cuatro hijos; que incluso a su mujer le hicieron “el submarino” sumergiéndole la cabeza en agua; y que además estos se “divertían” tomando a su hija recién nacida de tan solo dos semanas, arrojándola entre ellos de un lado a otro. Contó que luego de permanecer un par de horas en su casa, los captores les dijeron que los “llevaban a interrogar” y los sacaron a los tres de la vivienda, todos maniatados y encapuchados, siendo él arrojado a una zanja y luego colocado, todo mojado y embarrado, en el baúl de un Ford Falcón blanco que se encontraba junto con un camión del Ejercito. Su domicilio quedó destrozado y también fueron saqueadas sus pertenencias de valor.
Refirió que fueron conducidos en un primer momento a un CCD que llamaban “los calabozos del infierno”, y que aproximadamente una semana después fueron llevados al Vesubio, ubicado en Camino de Cintura y Richieri, donde padecieron condiciones inhumanas de cautiverio durante más de un mes.
Relató que fue alojado en un sector que parecía ser una “caballeriza”, ya que estaba “compartimentado”, donde había unas 50 personas en su misma situación que eran sacadas a diferentes lugares para ser interrogadas. Refirió que en dicho CCD, tanto él como su esposa fueron interrogados bajo tortura, y que además tuvo que soportar la terrible y dolorosa situación de que lo llevaran a escuchar el interrogatorio con picana eléctrica que le hicieron a su mujer.
Expresó que luego de dos meses de cautiverio, los guardias le dijeron que iba a ser liberado, que se tenía que ir del país con sus hijos, que no dijera nada; que se olvidara de todo; aclarándole que a su mujer seguramente la iban a matar porque estaba muy comprometida. Antes de salir del CCD, le permitieron despedirse de ella, pudiéndola ver durante unos minutos en el sector del baño y luego lo sacaron del CCD en un auto, encapuchado y lo dejaron a dos cuadras de su casa; en un estado lamentable, muy flaco y debilitado. Su esposa, ELBA LUCÍA GANDARA CASTROMAN, se encuentra desaparecida.
Por otra parte, los cuatro hijos de 13, 8, 3 años y veinte días de edad no volvieron a saber nada acerca del destino de su madre, y fueron abandonados por los captores en la casa luego de que secuestraran a sus padres. Velázquez Rosano contó que al finalizar el operativo, su hija mayor huyó de allí con sus hermanitos y que estuvieron deambulando en la calle hasta que fueron encontrados por un familiar que los refugió durante varios meses. Cuando él fue liberado, estuvo buscándolos durante 6 meses hasta que logró reencontrarse con ellos, y se exiliaron todos en el exterior. Agregó que: “…A mi compañera se la llevaron y hasta el día de hoy nunca supe nada, me gustaría saber si se sabe algo de ella, me gustaría saber si está viva o está muerta…”.

Del cautiverio de las víctimas, además dio cuenta Ana María Di Salvo, quien relató que conoció a Elba Lucía Gandara Castromán cuando estaba con su marido Juan Velázquez, en el sector de “cuchas” en una oportunidad en que habían traído a los varones para que estuvieran con sus mujeres un ratito y pudo ver que ella estaba hablándole enérgicamente. Dijo que tiempo después, al reencontrarse con Juan Velázquez, y sobre este episodio, él le contó que Elba le hablaba así porque le estaba diciendo que a él lo iban a dejar en libertad, que ella quedaba en el CCD, y le daba consejos para el cuidado de sus hijos.

El secuestro y cautiverio de las víctimas ha sido probado en la sentencia de causa 13/84 (casos nro. 353 y 353 bis). Si bien allí se consigna equivocadamente el nombre del lugar del cautiverio -Regimiento Séptimo de Caballería- basándose en los dichos de la víctima que mencionaba que tal lugar se encontraba ubicado en Camino de Cintura y Autopista Ricchieri, lo cierto es que de la prueba producida a lo largo de este debate, se encuentra acreditado sin lugar a dudas que permanecieron cautivos en el Vesubio, dado que la descripción y ubicación del CCD, el nombre de los represores y de compañeros de cautiverios relatados por Velázquez se condice con los testimonios de otros sobrevivientes. Además de eso, contamos con el relato de Ana María Di Salvo, quien afirmó haber visto al matrimonio en el Vesubio.

Otras constancias documentales que acreditan el hecho:

- Legajos CONADEP nros. 2628 y 3872 perteneciente a Elba Lucía Gándara Castromán y a Juan Enrique Velázquez Rosano respectivamene, donde constan las fichas de denuncia y las circunstancias de modo, tiempo y lugar en que se produjeron los hechos, así como las diversas gestiones que se efectuaron para dar con el paradero de la nombrada.
- Legajos de Prueba nro. 60 y 956 de causa 450, correspondientes a las víctimas, los cuales contienen las diversas declaraciones brindadas por Velázquez Rosano.
- Causa nro. 1917/SU caratulada “Velázquez Rosano Juan Enrique s/ hábeas corpus” del registro de la Cámara Federal de Apelaciones de La Plata

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