lunes, 13 de junio de 2011

Alegato juicio CCD Vesubio -sin los hechos- 22.-

Señores, comencé citando a Julio Cortazar y me voy a permitir terminar citando un artículo que a mí me parece formidable que escribió Edgardo Fontana, un periodista, el día siguiente que fuera condenado el desaparecedor de su sobrino Pedro Sandóval Fontana. Dijo, tomo sólo dos párrafos. Dijo Edgardo aquella vez: “..termina una etapa de manera positiva y resulta importante transmitir estas sensaciones, lo que hemos construído en décadas de lucha por la verdad y la justicia alcanza hoy un valor público y definitivo a través de esta condena judicial contra quienes siguen callando con notable cobardía. Valoramos en estos procesos cierta capacidad de instituir una legalidad común sobre la base del desgarro que la dictadura ocasionó. Impugnando tanto el miserable pacto de silencio en el que se juzga a los represores como el circo reconciliatorio que en las décadas pasadas se nos ofreció. Quienes participaron en la represión implementada durante la última dictadura militar, han elegido formar parte de un verdadero tejido ideológico y operativo fuertemente sectario, que les impide construir un argumento judicial más o menos verosímil, aferrados a sus propios mitos y a una anticuada retórica, la estrategia es desconocer globalmente el orden jurídico que osa procesarlos apelando al razonamiento más primario y lineal: quienes ganamos en la guerra perdimos en la paz. Les resulta del todo inconcebible que sean los terroristas quienes que acusen a los salvadores de la patria. Y no es un razonamiento ingenuo porque supone la actualización de aquel esquema instituído por el poder que nunca fue completamente desmantelado. De hecho puede sentirse el goce que experimentan al recordarnos que alguna vez ellos tuvieron el poder sobre la vida y la muerte de cada uno de nosotros. Sin embargo, la causa de este discurso sombrío es la impotencia y la exhibición de la trama miserable que sostiene sus vidas hoy. Lo que estos personajes pretenden conjurar es el demoledor efecto que el testimonio que repone la verdad tiene sobre sus propias biografías.

Por todo lo que hasta aquí hemos venido diciendo el Ministerio Público Fiscal de la Nación ACUSA:
• a Héctor Humberto Gamen, a Hugo Ildebrando Pascarelli y a Alberto Pedro Duran Saenz por la comisión de los delitos que ya fueran descriptos y calificados cometidos en perjuicio de las víctimas antes nombradas, mediante la modalidad comisiva ya indicada, y solicita que al fallar el Tribunal los condene imponiéndoles la pena de PRISION PERPETUA, accesorias legales y las costas del proceso;
• también acusa a Diego Salvador Chemes, Ricardo Néstor Martínez, José Néstor Maidana, José Antonio Erlan y Roberto Carlos Zeolitti por la comisión de los delitos descriptos y calificados, cometidos en perjuicio de las víctimas antes nombradas, mediante la modalidad comisiva ya indicada, y solicita que al fallar el Tribunal los condene imponiéndole la pena de 25 AÑOS DE PRISIÓN, accesorias legales y las costas del proceso.
Esto ha sido todo.

1 comentario:

  1. Podría una abstenerse de comentar al no ser abogada, sin embargo se hace necesario.

    Más allá del profesionalismo, el orden y minuciosidad con que indiscutiblemente se analizan los hechos, las responsabilidades, la tipificación de delitos y los fundamentos de las penas solicitadas hay algo aquí que supera el mero "celo profesional": Se avanza incluso por sobre lo que aquí se juzga con solicitudes de tipificación de delitos que no se consideraron en la instrucción y a partir de testimonios y fundamentaciones prácticamente irrefutables.

    Pero hay 2 cosas que me hacen imprescindible "comentar", la primera es el respeto que se percibe para cada una de las víctimas del horror y la otra el estilo personal que, sin perder el eje, es un hábil equilibrio entre lo académico, lo literario, y el “rrioba”.
    Graciela

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